27 octubre 2006

Canon en las bibliotecas

Cada día me sorprendo más de lo erróneo de algunas decisiones judiciales (y de lo perverso que es el sistema de vez en cuando).

Leo en la edición impresa del diario 20 Minutos (no encontrado en la versión digital) que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea multó ayer a España por "eximir a las bibliotecas públicas de cobrar un canon por el préstamo de libros, lo que según los jueces vulnera la legislación comunitaria de propiedad intelectual". El tema viene de lejos.

No sólo hemos de soportar el canon sobre soportes digitales. Es que, además, una medida aplicable directamente al fomento de la lectura y al acceso cultural más básico, se coarta en pos de la tan mandida propiedad intelectual y de los derechos de autor. ¿ Aún nos sorprendemos cuando las estadísticas hablan de la escasa participación de los ciudadanos en la vida bibliotecaria ? ¿ Estas son las actividades que la Unión pretende para incentivar el desarrollo cultural ? ¿ No es el acceso a la cultura un derecho ?

¡ Qué sistema más desequilibrado y cuánta perversidad hay montada en torno a (el NEGOCIO de) la cultura ! Algo falla cuando el autor recoge los restos mientras las editoriales (del mismo modo que las discográficas o productoras de cine) se comen el pastel y perduran en la defensa de un modelo de negocio enquilosado, que no refleja la realidad cultural actual.

Además, cuando el esfuerzo económico se debe centrar, como es el caso de España, en la mejora de las bibliotecas y centros, el canon es un lujo que, muy probablemente, irá en perjuicio del servicio público, sino a su extinción. Ya pueden ir buscando sitio a los bibliotecarios, porque tienen los días contados. Por no mencionar que escaso hábito lector del español medio, que quedaría herido de muerte con estas medidas.

Sin talibanismos, habría que diseñar un modelo que recompense suficientemente a los creadores (y les permita salir de las redes de quienes les tienen atrapados) y facilitar el acceso ciudadano a la cultura. Se hace necesario, la verdad.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como escritor, y por tanto creador de cultura, deseo verme recompensado por mis esfuerzos, pero estos no deben de serlo mediante el pago de un cánon vergonzante para todos aquellos que creemos que la cultura es un derecho.

Esoy en contra del cánon digital, y más aún contra el que las bibliotecas deban pagar un o por prestar libros.

Las bibliotecas son templos del saber,y de la libertad, y si es necesario, antes les regalo un ejmplar de mis novelas que permitir que se cobre por su lectura en ellas.

Un saludo.

www.raultristan.com

Alfonso Romay dijo...

Raúl,
Es un placer comprobar como, entre los creadores, también existe el sentido común.
PD: Me ha encantado la comparación de una biblioteca como templo del saber.