Me niego a asumir que sea la generalidad, pero el reino del bronceado y la silicona parece contradecirme. Mi decepción viene motivada por ser estúpido: ¿ cómo no se me ocurrió a mí antes ? Como decía uno, en este mundo sólo hay dos clases de personas: los que roban y los que no pueden. Lo dicho: idiota de remate.
Cada día me acerco más a las posiciones de Don Arturo: esta España de piel de toro, sangría y pandereta es de burlones y truhanes, de caraduras y delicuentes de distinto pelaje, de demagogos, analfabetos y cantamañanas.
Los tontos siempre caemos en el mismo lado. Aunque mucha responsabilidad es de los mismos marbellíes, por votación u omisión. A algunos también se les tendría que caer la cara de vergüenza en determinados ministerios y agencias por su desidia/incompetencia. Que una cuadra de 100 caballos no son cuentas en Suiza.
Han construido una España política sólo para ellos, de reyerta parlamentaria y palabra fácil, de especulación (ideológica) aunque luego se descojonen en nuestra cara cuando se aparta la cámara de turno. Y nos quejábamos de 'Cachuli', sus adláteres y tal y tal.
Más aderezo para la Salsa Rosa.
Marbella, fraude, caraduras
1 comentario:
Los que roban y los que no pueden hacerlo...En fín, ¿alguien ofrecería su mano al fuego por un candidato al poder? Se esfuman las esperanzas adolescentes de un sistema político limpio y lo único que termina diferenciando a unos y a otros candidatos es la cantidad de tiempo que mantienen la incertidumbre de robar desde el momento en que pueden hacerlo; unos antes y otros (poco) después.
Y aun más, acontecimientos como este hacen que uno se plantes la flexibilidad de los propios límites a la hora de mantener los criterios ético-morales... y me asusta pensar que el sumidero por donde se esfuman mis miserias se pudiera ensanchar de tal modo.
Una vez más: "Lupus est homo homini" ...y mira que lo siento...
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