Muy interesante el planteamiento de Vernor Vinge: Internet es la nueva máquina creativa. La única limitación la pone nuestra imaginación, porque las posibilidades son infinitas y ni siquiera somos capaces de hacernos una idea de donde llegaremos. Ha revolucionado la ciencia, por las posibilidades de comunicación y cooperación que permite en las actividades de investigación. Además, aumenta notablemente la capacidad de procesamiento en actividades que requieren esfuerzos ingentes de computación como la investigación biomédica o espacial.
Pero las posibilidades no terminan ahí. Los juegos online están atrayendo el interés académico. Los MMORPGs (Massively Multiplayer Online Role-Playing Games), como World of Warcraft (volvemos a las ventajas de los videojuegos y los juegos online) ofrecen espacios cooperativos 3D de acción.
Otro buen ejemplo es Second Life, ese entorno virtual que permite diseñar tu propio mundo, donde puedes almacenar archivos, utilizar su API e incluso programar con un lenguaje propio. Y pronto podremos bloguear desde dentro del entorno virtual. Robert Scoble ha escrito recientemente una reseña sobre Second Life (Second Life +is+ an OS). Pero toda esta potencia de computación no sería suficiente sin el poder de las personas y su capacidad creativa:
In the 1990s, we had an early glimpse of the power of this new creativity machine: computers plus networks plus interested people delivered free and open-source software (FOSS) products of the highest quality, including the GNU/Linux operating system.Y esto en la actualidad, pero las estimaciones son que en 15 años la capacidad de procesamiento sea 1.000 veces superior a la actualidad. Como comentaba Julen, las realidades actuales de investigación científica plenamente incorporadas a la masiva utilización de los sensores, como una red de pequeños receptores de información que conocen cómo procesar cualquier variable, dónde y con quién deben conectarse, de forma que el mundo se convertirá en una gigantesca base de datos en tiempo real.
Parece inevitable que las disciplinas de recuperación de información (information retrieval) se desarrollen mucho más si cabe. Y veremos cómo las redes sociales experimentan y definen nuevas arquitecturas de colaboración a gran escala, y como técnicas de inteligencia artificial permitirán establecer correlaciones entre diferentes ramas científicas y trabajar en soluciones de colaboración a problemas entre ellas. Como siempre, el conjunto (potencia de procesamiento + creatividad de las personas) siempre supera la suma de las partes.
Y la creatividad es el combustible de estas nuevas ideas.
A ver hasta donde llegamos.
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