29 junio 2006

Think Time: De ilusión y sueños, aproximaciones sucesivas

Últimamente he hablado con varias personas que aborrecen su trabajo. Y me he interesado por los motivos, porque no es mi caso. Si escuchas un poco, una queja muy común es que no existe un proyecto ilusionante que les motive. Su trabajo carece de creatividad y de ilusión...
El tema es bastante amplio. Pasaos por las estanterías de cualquier librería y veréis la cantidad de libros dedicados al tema de la motivación, la cantidad de conferencias y seminarios al respecto.

Ilusión. ¿ Debemos ilusionarnos o deben ilusionarnos ? Creo que la unión de ambos es necesaria. El problema es que, en muchas ocasiones, el día a día nos abruma y nos desborda. Como decía Ortega y Gasset:
"El presente es nuestra fatalidad, nos rodea y envuelve con su resistente estructura y limita a toda hora el horizonte de nuestras ilusiones"
Visto bajo ese punto de vista, ¿ cuándo somos más creativos ? Quizá cuando somos unos críos. No importa que garbateemos una página en blanco o pisemos el cemento aún húmedo o nos disfracemos. No existe la vergüenza a dejar nuestra impronta en todo lo que hacemos. Por tanto: ¿ qué tal si dejamos nuestra impronta creativa en todo lo que hacemos ? Para mí, un buen ejemplo a seguir es Tausiet, con esa visión curiosa, original y amplia de su entorno.

¿ Y qué podemos hacer como trabajadores para desarrollar este "instinto creativo" ? Pues humanizar y personalizar aquello que hacemos. Estamos ligados a normas, estándares y procedimientos. Muchas veces, lo organizativo actúa en contra de lo creativo o emocional. La creatividad adora las restricciones, claro. Pero en un punto de equilibrio.

Por eso, debemos dejar nuestra impronta creativa. El trabajo es un campo de ensayo más. Quizá no consigamos cosntruir la Torre Eiffel, pero seguro que el esfuerzo creativo de unos cuantos inspirará a otros. La ilusión permite mejorar las organizaciones poco a poco, sin estridencias. Deja una marca indeleble. Las soluciones creativas están casi siempre en las pequeñas cosas...

Ahora bien, desde un punto de vista empresarial: ¿ están nuestras empresas realmente preparadas para generar y mantener la ilusión ? ¿ están motivadas para motivar ? Mi experiencia es negativa en muchos casos, aunque se pueden ir dando pasitos en pos de ese objetivo.

Un factor determinante es la libertad individual de la persona, fomentar su creatividad y desarrollo. Algo diferencial en las empresas de alto rendimiento es que tienen una filosofia arraigada de respeto al individuo: hagamos gente ganadora, permitamos que destaquen y tratemos a la gente como adultos. Demos oportunidades para que desarrollen su perfil innovador y aporten ideas al conjunto.

Será un batalla dura, os lo anticipo. Muchos trabajos no permiten ese movimiento de cintura y, en otros, la burocracia aborta cualquier impulso. Pero podemos ir por aproximaciones sucesivas.
Si últimamente me repito con la idea de soñar como motor innovador, la ilusión lo complementa. Ilusión y perseverancia. La chispa que nos permite cambiar las cosas...

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7 comentarios:

Anónimo dijo...

En la empresa que trabajaba hasta mi jubilación, recorrí varios departamentos a petición propia, en todos los casos fué como consecuencia de que ya había aprendido lo suficiente en cada uno de ellos y también la falta de motivación por las trabas que se me ponían para hacer o desarrollar mis ideas, en muchos casos suele ser la rutina la que va mermando nuestras ilusiones. Estas empresas, siempre las he comparado con un enorme tren de mercancias, que para conseguir que aumente o disminuya su velocidad es necesario apretar durante mucho tiempo el acelerador y no digamos nada para poner en marcha un nuevo proyecto (como mínimo de 5 a 10 años )

Anónimo dijo...

La cita de Saint-Exupéry me hace pensar en la Unión Europea; el proyecto original consistía en una sucesión de logros parciales empezando por la economía (primero el carbón y el acero, luego el comercio, la agricultura) y pasando luego a la política. Hoy la comunidad europea es un proyecto poco emocionante, por lo menos a mí no me pone nada. Al final de sus días, Jean Monnet, el principal artífice de la idea, decía que tendrían que haber empezado por la cultura, la necesidad del mar.

Anónimo dijo...

Y es cierto lo que pone aquí arriba el caballero à la retraite, es la rutina la que erosiona la creatividad pero, si lo que hacemos tiene cierta envergadura, nadie escapa al trabajo plasta del día a día (o del año a año). La excepción, los críos y ese amigo tuyo tan original y tan curiosón. Claro que los niños no construyen, los niños juegan

Anónimo dijo...

Me ilusiona que se hable de ilusión. Tengo una amiga que refleja ilusión en todo lo que hace, y por eso siempre consigue sus sueños.

Pienso que hay un reto empresarial y social fundamental en los tiempos actuales: el conseguir que encaje el "flujo motivacional o ilusionante" de cada persona con su puesto de trabajo.

Esto creo que es algo fundamental. Cada ser humano tiene sus propios talentos por desarrollar, si la empresa y la sociedad facilitan el "espacio" para que estos talentos germinen, este impulso creativo surgira con ilusión en la persona, y podrá aportar al mundo sus cualidades unicas.

Pero es la propia persona la que deja salir estas cualidades, el papel de las organizaciones es simplemente el facilitar las herramientas para que esto sea posible. Y por ello el colectivo participa de los beneficios del individuo.

¿Alguien conoce organizaciones con esta filosofia de "crear espacio" para el despliegue de sus miembros?

Alfonso Romay dijo...

Nacho,
Alguna conozco, pero no puedo dar nombres ;-P

Anónimo dijo...

La vida cambia segun desde el punto de vista desde que se mire, si nos damos cuenta todo es igual, los que cambiamos somos nosotros.Yo he tenido un ejemplo claro de ilusión,motivación...me he comido el mundo, no he visto limites y he sido capaz de todo, mis dias eran esperados y mi trabajo mas que una obligacion era un deseo, me sentia viva, llena, mis ojos lo mostraban, era mas extrovertida, toda la ropa me sentaba genial, me sentia deseada....ahora es distinto, el motor de mi vida, mi independencia, mi mundo, ya no es mio, soy dependiente, tanto que cuando no me permiten pasar un dia asi, me entristezco.Ahora mis ojos estan triste, mi trabajo ya es un esfuerzo, no me gusta, no tengo ganas, no me visto guapa, y se me quitan las ganas de amar a mi pareja, mis miedos me inundan, mis dudas aparecen...no me siento segura de mi misma.A veces he pensado en salir corriendo, pero no puedo, busco algo que me ilusione pero estoy tan absorbida que no encuentro nada mas que esa persona que consiguio atrapar mi mundo. Estoy triste, intento disimularlo, llenar mi vida de otras cosas pero estoy tan lejos de lo que fui...

Alfonso Romay dijo...

¡Mucho ánimo!
¡En tu mano está cambiar las cosas!