Visto lo expuesto en la primera parte de la conferencia, el tercer punto de reflexión fue si las ciudades son centros de innovación y creatividad (lo juro, usó el término). La respuesta es SÍ. Los recursos humanos son creativos en función de una red de funciones sociales (somos creativos porque nos relacionamos) y esa concentración se da en las grandes ciudades. Criticó el hecho de entender un parque tecnológico (tecnopark le llamó) como fuente de innovación, porque si está aislado, la fuente de innovación que produce la sociabilidad de las ciudades no se da. Por tanto, la tercera conclusión es que la fuente principal de creación de riqueza está en las grandes ciudades.
Por otro lado, Internet no elimina la socialización/interacción personal (al revés, añade un nuevo canal de comunicación), aunque influye definitivamente sobre la vida social urbana. Es decir, no sustituye sino que complementa. Según el profesor, hay un nuevo tipo de sociabilidad que complementa lo hasta ahora conocido: el individualismo sociable en red. Anonimato individualizado: Todos somos autónomos, individuos, tenemos proyectos personales. Pero el matiz está en que las comunicaciones (sobre todo, las móviles) nos permiten construir nuestra propia red. Cuarto planteamiento.
Además, el uso/desconocimiento de Internet no crea nuevas situaciones de “pobreza urbana”. La brecha digital no está supeditada a un determinado nivel de ingresos o una educación, sino más bien a un factor derivado de la propia edad del individuo. Según los estudios del propio Castells, en España, el 78% de los menores de 30 años tiene acceso y utiliza las TIC en su vida diaria mientras que en el rango cercano a 55 años, únicamente lo hace el 8%, que se adapta como puede. Esta tendencia me parece de sentido común: las generaciones actuales (y cuanto más pequeños, más evidente) tienen interiorizados diferentes modos de comportamiento hacia las tecnologías.
El problema de la desigualdad es para qué utilizamos Internet. Existe una parte lúdica –chats, por ejemplo- pero otra ligada a aspecto como nuestra propia vida, el trabajo a la educación, lo que provoca (en este segundo aspecto) situaciones de desigualdad educativa y cultural. Por tanto, la quinta conclusión es que la brecha no es culpa de Internet, sino de la pobreza de la ignorancia.
En otro contexto, hizo un repaso del uso de tecnologías en la gestión de las Administraciones Públicas y en la relación con los ciudadanos, que hubiera hecho las delicias de nuestros amigos de Administraciones en Red. Aquí existe una gran oportunidad (todavía no suficientemente aprovechada) para las instituciones. Y la oportunidad está en la comunicación bidireccional, en el feedback que puede darnos el ciudadano, en el caso de ofrecer información abierta y accesible. La llamó la "Administración transparente". Técnicamente es posible e institucionalmente necesaria, aunque evidentemente no se puede hacer hoy para mañana. En este sentido, en lo que se refiere a gestión local, la ciudad de Estocolmo es la más avanzada del mundo. En general, comentó que falta cultura de participación y decisión política. Debemos mejorar la confianza del ciudadano en las instituciones.
Por otro lado, destacó que Internet nos está dando otros tipo de oportunidades a nivel de redes horizontales, que se traduce en la autocomunicación de masas a través de blogs, y que está suponiendo una auténtica revolución cultural. Un entorno donde existe total libertad (para bien y para mal, claro) y que cortocircuita el sistema tradicional de mensaje "controlado" por los mass media. Es mucho más difícil manipular la información (sino, que se lo pregunten a algunos políticos, como bien apunta David de Ugarte).
Por último, destacó que las políticas medioambientales son fundamentales como instrumento que aporta calidad de vida en el sentido más amplio.
Manuel Castells, Zaragoza, Urbanism, Urbanismo
1 comentario:
Pues sí: hubiera hecho nuestras delicias. Justamente ahora estoy leyendo "En qué mundo vivimos", su libro de conversaciones con Mayte Pascual. También me ha dado mucha envidia lo de Pekka Himanen.
Por suerte, estabas tú para hacer una crónica excelente.
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