18 septiembre 2006

Pérdidas: de ciudades inertes y genéricas

Últimamente Juan Freire ha publicado un par de entradas muy interesantes sobre urbanismo y arquitectura.

En la primera de ellas "La ciudad genérica y la desaparición de las identidades", utiliza las reflexiones del arquitecto holandés Rem Koolhaas sobre la progresiva desaparación de los rasgos de identidad de las ciudades:
Son las ciudades contemporáneas como los aeropuertos contemporáneos, es decir, 'todas iguales'? ¿Es posible teorizar esta convergencia? Y si es así, ¿a qué configuración definitiva aspiran? La convergencia es posible sólo a costa de despojarse de la identidad. Esto suele verse como una pérdida. Pero a la escala que se produce, debe significar algo.

¿Cuáles son las desventajas de la identidad; y, a la inversa, cuáles son las ventajas de la vacuidad? ¿Y si esta homogeneización accidental -y habitualmente deplorada- fuese un proceso intencional, un movimiento consciente de alejamiento de la diferencia y acercamiento a la similitud? ¿Y si estamos siendo testigos de un movimiento de liberación global: '¡Abajo el carácter!'? ¿Qué queda si se quita la identidad? ¿Lo Genérico?'
Ya hablamos aquí de la pérdida de identidad de los espacios ciudadanos en "Centros históricos de las ciudades" en pos de una homogeneización masiva. La reflexión de Juan no hace sino acrecentar mi temor a vivir en espacios sin personalidad, vacíos.

¿ Qué es la personalidad ? Cualquier plan en donde hay muchos edificios independientes que son demolidos para ser "reconstruidos" como un único proyecto es una pérdida de personalidad para la ciudad. Creo que Paul Graham lo expresaba con claridad en su ensayo ("How To Be Silicon Valley") sobre reproducir el ejemplo de Silicon Valley en otros lugares del mundo (traduzco):
¿Qué es exactamente la personalidad? Creo que es el sentimiento que nos produce que cada edificio sea el trabajo de un grupo diferente de personas. Una ciudad con personalidad es aquella que no está construida en masa. Si quieres crear un centro de startups (o alguna ciudad para atraer a la "clase creativa") probablemente tendrás que prohibir que se realicen grandes proyectos urbanísticos. Cuando un gran territorio haya sido urbanizado por una sola compañía, podrás comprobarlo.

La mayoría de las ciudades con personalidad son antiguas, pero no tienen por qué serlo. Las viejas ciudades tienen dos ventajas: son más densas porque se construyeron antes de que llegaran los coches, y son más variadas porque sus edificios fuern construidos uno por uno. Ahora puedes tener las dos cosas al mismo tiempo. Puedes tener leyes urbanísticas que aseguren la densidad y puedes prohibir la construcción en masa.
La segunda de sus entradas habla de ciudades inertes, de cómo se descontextualiza y elimina la funcionalidad de los edificios históricos, los asimilamos a la ciudad genérica y pasamos de la ciudad con historia, vital aunque contradictoria, a la ciudad inerte. Curiosa causalidad: ciudades inertes llevan a ciudades genéricas. Como decía Jane Jacobs, las teorías urbanas se ven cada día más alejadas de la vida de la mayoría de sus ciudadanos.

¿ Serán efectos colaterales de la tan manida globalización ? Nunca he estado en contra de ella, más bien al contrario. No deja de ser una tendencia hacia un mundo interconectado, lo cual es en mi opinión, algo intrínsecamente favorable. Es evidente que tiene/tendrá muchas implicaciones en nuestra vida social. Pero también lo es que evidente que vivimos un proceso de universalización, y no podemos permitir que se traduzca en una pérdida de diversidad, donde se diluyan el sentido de pertenencia, la identidad y la riqueza cultural originarias. Sin politizar, por favor.

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