David Monreal comenta el artículo de Godin, aportando una solución: verlo trabajar en directo.
If they want to be in sales, go on a sales call with them. Not a trial run, but a real one. If they want to be a rabbi, have them give a sermon or visit a hospital.El tema ya lo planteó Joel Spolsky en su magnífica "Guía de Batalla para Entrevistar": ¿ por qué para puestos de programador no se realizan prácticas de programación in situ ? Nada complicado, porque no es realmente importante la solución, sino el modo de resolver el problema.
En todas estas tendencias sigo echando en falta una variable: la inteligencia emocional. En el camino hacia una personalidad profesional más exitosa, el control de las emociones ocupa un lugar primordial. Hay estudios recientes que dicen que muy por encima del coeficiente intelectual. Como comentó Eduard Punset en "Ciencia y competencia emocional", la importancia que tienen las emociones en nuestra vida cotidiana es determinante, ya que marcan todas nuestras decisiones casi sin percatarnos.
Sin embargo, hay que tener claro que controlar las emociones no significa anularlas, porque son la energía que nos mueve a la acción (actuar hace la diferencia, ¿ recordáis ?). Se trata de expresar las emociones en el lugar y momento preciso. Cuando hay que pensar, reflexionar y tomar decisiones, es fundamental hacerlo sin verse contaminado por emociones. Sin embargo, en ocasiones es necesario expresar abiertamente tus emociones. Siempre en el momento adecuado, evitando hacerlo cuando la decisión sea importante.
Los tiempos de presentar el currículum y hacer un tests de conocimiento han pasado a la historia. Es necesario ver cómo reacciona la persona en el puesto de trabajo, ante situaciones reales y problemas reales. La carrera no se gana en las vueltas de calentamiento...
inteligencia emocional, selección, Seth Godin, Joel Spolsky
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