Tranquilos, que no me refiero a la ruptura entre Maragall y Carod Rovira.
Mi tripartito es otro bien diferente: Nadal, Pedrosa y Alonso. Ese trío de ases que nos desvelan, nos mantienen delante del TV los fines de semana y nos hacen vibrar.
Algo se está haciendo (y viene de lejos) bastante bien en el deporte español. Estoy convencido que las Juegos Olímpicos de Barcelona han supuesto un antes y un después en el panorama deportivo español.
Por otro lado, esta buena gestión ha coincidido con una generación de deportistas de élite especialmente talentosos: auténticos JASP. Cada uno con su marca personal.
Nadal es la tenacidad, la potencia, la concentración y la fuerza mental. Pedrosa es la timidez agresiva, la precocidad, la frialdad, la inteligencia, el saber estar. Y Alonso es la ambición, el análisis, la determinación, la fiabilidad, el empuje y la mentalidad ganadora. Incluso también, por qué no decirlo, la prepotencia.
Todos ellos comparten talento en su especialidad pero son muy diferentes entre sí, aunque quizá Pedrosa destaque de los otros dos. A sus 20 años, con un cuerpo de apenas 160 cms, es tricampeón mundial y me deslumbra con su inteligencia sobre la moto. Definitivamente, Pedrosa es quien más me gusta de los tres. Será por su timidez y su tranquilidad, lejos del maremagnum mediático que adorna a Nadal y, sobre todo, a Alonso.
Estos tres jóvenes valores tienen en común, además de talento y ganas de triunfar un elemento esencial, el apoyo total y absoluto que han recibido de sus mentores deportivos. Toni Nadal, Alberto Puig y Adrián Campos, respectivamente. Lo considero un punto esencial.
Sabían lo que tenían entre manos, y su experiencia les decía que pronto llegarían los éxitos. Además, han sabido ir dosificando a su pupilo hasta que llegara el momento adecuado para alcanzar la cima. Sus consejos y su paciencia dan ahora unos frutos que no han hecho sino empezar.
Spain, sports, Rafa Nadal, Dani Pedrosa, Fernando Alonso
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