El turista aislado que apenas ve la televisión y no se entera de las noticias.
Momentos antes de pasar página, llego a España desde la Lombardía y me encuentro con algunos motivos para la desesperanza. Ninguna causa, aunque sea justa, legitima el terror y menos el asesinato de inocentes civiles. Y nada justifica tampoco la pena de muerte, el "ojo por ojo" nunca funcionó ni funcionará, La libertad se realiza haciendo realidad el significado de la palabra "justicia". Y cuando esa justicia se limita a replicar el comportamiento anterior, algo falla.
Los horizontes de la justicia y la razón atraviesan a veces paisajes inhóspitos y estériles. El problema sigue siendo que dividimos el undo en nosotros y ellos, en rebeldes y oficiales de la "ley". La sinrazón no conoce fronteras.
Esperemos que pase pronto y que la próxima página del libro sea más esperanzadora.
sinrazón, ETA, atentado, pena de muerte, Saddam Hussein
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