Del mismo modo que las sociedades desarrolladas debemos cuidar a nuestros mayores, las empresas deberían hacer lo mismo con sus empleados más longevos. Pero, en ocasiones, te encuentras con casos de extremo desagradecimiento.
Esto ocurrió ayer: Luis Miguel López, cronista habitual de balonmano en RTVE se despedía después de una labor de 25 años. Un cuarto de siglo ligado al balonmano y muchos más a su empresa, se dice pronto. El expediente de regulación de empleo emprendido por Televisión Española para intentar subsanar, en la medida de lo posible, su eterna deuda, lo prejubila cuando termine este mes. Revolución en los reinos de taifas, donde se despiden las voces que nos cantaron el deporte en TVE: De la Casa, Barthe, Valentín Requena, Gregorio Parra, Rafa Recio.
Por sui fuera poco, cuando se estaba despidiendo con lágrimas en los ojos mientras decía que "era una pena tener que retirarse así", el realizador cortó la imagen para dar paso a anuncios. Indignante. Con Luismi todos hemos hemos conocido y aprendido de balonmano. Algo no funciona cuando la única pretensión es reducir costes y no aprovechar de otro modo la experiencia de profesionales de prestigio.
¡Qué triste que (en aras de la rentabilidad) sólo se apueste por el maldito fútbol!
Hay voces que serán difíciles de olvidar.
balonmano, despedida, Luis Miguel López, malas formas
4 comentarios:
Nos quejamos de todo,si los
prejubilan por que los echan y si se quedan porque es un despilfarro
Todos los dias echan a miles de trabajadore de todos los lados y nadie dice nada
Y estos eran unos privilegiados
En una cosa tienes razón, Anónimo: son unos privilegiados. Pero, de todos modos, eso no justifica (1) que no se pueda recolocar a esos profesionales con experiencia en otros puestos, (2) el trato vejatorio que sufrió en su despedida, delante de los espectadores.
¿No te parece?
El problema nace de este sistema que equipara éxito económico/empresarial/financiero con éxito.
Eso hace que todo lo que no sea un éxito en cifras sea inmediatamente un fracaso, un despilfarro, un grifo abierto que hay que cerrar.
Pues está mal enfocado. Cuando pago impuestos sé que parte de mi dinero se gastará (ojo, se gastará, no se invertirá, o al menos no en el sentido estricto de poner dinero para recoger más dinero) en RTVE, RNE y otros servicios públicos que contribuyen de alguna forma a que todos (ricos y pobres) tengamos igual acceso a la información, a la cultura... En definitiva: Igualdad y cohesión entre clases, estratos sociales diferentes.
Y me agrada que así haya sido hasta ahora. Y me entristece que RTVE recorte personal porque no da beneficios y para conseguirlos nos martilleen a reality y programas de corazón. ¿Y el beneficio de social de tener una ciudadanía informada? ¿Dónde queda eso? ¿cómo se mide?
Esta noticia es triste, el desmantelamiento de RNE (mismo expediente de regulación, con especial gravedad para R3) también. Y el problema es esta izquierda adocenada que sólo ve la viga en el ojo PePero. Si esto lo hubiera hecho Aznar no te quiero contar dónde estarían los sindicatos y la gente (¡¡con razón!!), pero ¿dónde están ahora? Quién sabe donde, seguramente haciendo el pollas con YouTube o viendo resúmenes de fútbol.
«Los placeres de la pobreza han vencido a mi burlada revolución», que decía Bunbury hace ya muchos años.
Pensaba que una prejubilación es siempre voluntaria. Les habrán despedido, ¿no?
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