20 octubre 2005

¿ Soy un emprendedor ?

Hace algunas semanas que estoy pensando en mi plan de desarrollo para los próximos años, y, entre otras cosas, me he planteado si soy una persona emprendedora. Atendiendo a la definición de Wikipedia, debo serlo: una persona que crea una nueva empresa con la vista puesta en una oportunidad de negocio, sumiendo riesgos (lo más controlados posible) personales, profesionales y, por supuesto, económicos.

Llevo trabajando casi ocho años en la misma empresa, una empresa de consultoría pequeña. Es la única en la que he trabajado después de la Universidad, lo cual me hace un ser extraño en este mundo de la consultoría. Colaboré con mi jefe (que era un consultor freelance) en el desarrollo de un sistema donde se implementaran las mejores prácticas en los distintos ámbitos de gestión y dirección: Recursos Humanos, estrategia, indicadores, procesos, gestión de proyectos, mejora continua, etc. Lo que realmente me gusta de mi trabajo son las posibilidades de obtener grandes beneficios junto a la satisfacción de llevar a cabo algo por cuenta propia.

Pero, ¿ cómo se distingue a los emprendedores ? Más que nada por reconocerme...

Yo diría que algunos son evidentes por su capacidad de sorprender: ahí tenemos a Martin Varsavsky con su movimiento FON, Mario López de Ávila de nodos, etc. La blogosfera está llena de ellos. Gente que innova, que está en vanguardia.

En Sturge's Blog he encontrado una pequeña guía-encuesta que me he aplicado. Aquí estás en los resultados:
  1. Idea: yo no la tenía, pero mi jefe sí. Tenía claro cuál era el producto final que quería, sin tener ni idea de tecnología. Los segmentos de mercado se han ido definiendo con el tiempo.
  2. Gestión: Evidentemente, una buena idea se transforma en un buen negocio cuando se gana dinero; no sé si gestionamos eficazmente (más bien pienso que podemos mejorar en muchos aspectos), pero al menos somos capaces de generar beneficio.
  3. Equipo: Rodearnos de buenos profesionales lo hemos conseguido. Tenemos un equipo muy muy competente, formado por buenas personas. Además, tenemos la suerte de que nuestros clientes se convierten en amigos, lo cual facilita mucho nuestra relación a la larga.
  4. Capacidad de trabajo: el emprendedor vive para su negocio: 24 horas al día, 7 días a la semana, 52 semanas al año. Lo cierto es que soy así. Mis amigos (y mi madre) me echan broncas por venir a currar los fines de semana, pero no lo puedo evitar.
  5. Paciencia: Durante algunos años vivimos con un par de clientes, en proyectos buenos, pero está claro que , por lo que armarse de paciencia es imprescindible hasta que se recogen beneficios. Nada importante se logra de manera inmediata.
  6. Visión de futuro: esto no tengo muy claro si lo tengo. Debo pensar más en nuevos productos, nuevos mercados, nuevas alianzas… que permitan diversificar y adaptarse a los nuevos tiempos.
  7. Capacidad comercial: claramente, mi punto más débil. Tenemos un producto atractivo, pero si queremos sobrevivir, creo que todos (y digo todos) debemos ser capaces de captar clientes. Sin capacidad comercial las probabilidades de éxito son reducidas.
  8. Planificación: otro de mis puntos débiles. Debo organizar mejor mi tiempo, y debo aprender a organizar mejor el de otros: planificación, planificación, planificación...
  9. Ilusión: El emprendedor vibra con su empresa: y en mi caso es así. Ver nacer algo y aportar todo lo que tienes en esa dirección es algo que no es descriptible con palabras. Me considero un apasionado de mi trabajo.
  10. ¡Suerte!: Otro componente que creo que tengo. Cualquier proyecto necesita de una pizca de fortuna. En mi caso, no me puedo quejar.

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1 comentario:

Guillermo dijo...

Interesante el post, creo que cada uno de nosotros tenemos esa potencialidad emprendedora por dentro. Hay de descubrir y redescubrir nuesttas pasiones. recuerdo que hace poco escribi un post similar sobre el sentido emprededor en mi blog (guille-empresarial.blogspot.com)