11 julio 2006

Inteligencia emocional y cuidar la mente

Un tema en que trabajo es la aplicación de modelos de competencia que permitan a una organización identificar los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para tener éxito en tu puesto de trabajo y a las personas desarrollarse para alcanzar las cotas que tanto la organización como él/ella se exigen.

La inteligencia emocional forma parte de estos modelos que aplicamos. Según Daniel Goleman, su precursor, es "la capacidad para reconocer sentimientos en si mismo y en otros, siendo hábil para gerenciarlos al trabajar con otros".

El domingo, mientras veía como Zidane perdía los nervios con Materazzi, pensaba en esa inteligencia emocional. A Zidane no le faltan competencias personales asociadas a la inteligencia emocional: iniciativa, liderazgo, trabajo en equipo, orientación al logro, influencia, etc. Incluso es capaz de desarrollar a otros, haciendo su fútbol mucho mejor.

Pero falla estrepitosamente en su autocontrol emocional: actúa impulsivamente en situaciones de estrés, no mantiene la compostura y el optimismo y canaliza esa frustración en agresividad evidente. Un buen ejemplo de lo que no debería ser. Como un mal jefe: pierde con facilidad el control de la situación y de sí mismo, generando un entorno laboral conflictivo y bajando el rendimiento de su entorno.

Cada vez son más los estudios sobre los recursos humanos en la empresa que echan mano de las experiencias de éxito del deporte. En todo deporte (y en la vida), la psicología evidencia conductas y explica resultados. Esa es nuestra gran ausencia en el Mundial. España no tiene jugadores emocionalmente inteligentes. Los jugadores han de entender sus emociones para controlarlas. Así se logra la mentalidad ganadora. Ese puntito es el diferencial entre ganar el Mundial y esperar otros cuatro años.

Administrar tu mente es administrar tu vida. Debemos cuidar la mente, nutrirla y cultivarla diariamente, tomar conciencia de su enorme poder. No importa lo que te ocurra en la vida, en tu trabajo, tienes la capacidad de elegir libremente tu reacción.

Utilicemos nuestra propia capacidad emotiva de dar soluciones y respuestas equilibradas...

UPDATE: Ya existen las mil versiones del cabezazo de Zizou.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta razón, cuantas veces he de repetirme a mi mismo lo de "autocontrol"...

Lo que ocurre es que a veces son muchos y muy variados los factores que influyen en el estado de ánimo de una persona (laboral, familiar, personal, de salud, de economía, etc.).

Anónimo dijo...

Yo tambien pense en la inteligencia emocional viendo el cabezazo de Zidane. Me dolio en el alma, ya que admiro su fuerza emocional. Para mi es un ejemplo de muchas cosas.

Eso tampoco le quita merito a toda su carrera, aunque nos hace pensar en la gran importancia de las emociones en todo nuestro hacer y ser en la vida.

Gran maestro Zidane, en lo bueno y en lo no tan bueno.

Artic dijo...

Un pelín extremista tu punto de vista. Hay veces en que es difícil que uno se controle. No sé si te habrá ocurrido alguna vez, cuando discutes con tu mujer, mientras conduces, con algún compañero de trabajo. Sí, luego llegan las disculpas, pero explotar de vez en cuando no sólo es normal sino hasta necesario (no me refiero a agredir a otra persona necesariamente, hay otros mecanismos que deben ser preferentes). La forma de eliminar esas tensiones en un terreno de juego, donde la cosa está tan caliente, es con gestos un poco fuera de tono. En otros contextos echamos fuera esas energías de otra manera, pero es perfectamente comprensible lo que ha pasado cuando un malnacido te insulta de ese modo, sobre todo por la tensión del momento. Así que Zidane, como humano que es, se ha comportado como muchos de nosotros haríamos enmedio de ese contexto. ¿Qué le falta autocontrol? Zidane es bueno, muy bueno, pero jugando al fútbol. Ni siquiera Maradona es Dios.

http://oceanodeluz.blogspot.com/

Saludos.