A colación de la
entrada anterior sobre la posición innovadora de una ciudad como Zaragoza, daré algunas opiniones personales. Hace tiempo que tenía pendiente esta entrada.
Hechos que soportan esta actividad innovadora pasan ineludiblemente por las posibilidades que aportan las nuevas infraestructuras, como la línea de alta velocidad. Como decía
Kenichi Ohmae en
"El Fin del Estado-Nación - El Ascenso de las Economías Regionales":
El medio ambiente, la mano de obra calificada, la cobertura y calidad de los servicios públicos, la oferta cultural y de entretenimiento, la eficiencia del transporte público, el salario asignado por las empresas, la calidad de la infraestructura de conectividad (telecomunicaciones, aeropuertos, carreteras, etc.) son proveídos por regiones y ciudades - antes que por la nación - y muchas veces determinan la localización de empresas.
Como dice Ohmae, el
Estado-Nación tiende a proteger sus industrias "nacionales", sus grandes empresas y grandes razones... En vez de, por el contrario, exponer todas estas realidades y agentes a la economía global.
Necesitamos la emergencia de regiones particulares que interactúan con el resto del mundo, con la economía global. Esto se ha visto favorecido por la auténtica política autonómica que tenemos en nuestro país. Con Internet y con las "redes de conocimiento" similares, esta tendencia parece irreversible. Otros ejemplos claros podrían ser no sólo
Silicon Valley, sino
Bangalore o
Singapur, con apuestas claramente innovadoras que han atraído a las multinacionales.
Lo siguiente que me planteo es si este modelo innovador puede ser trasladado con éxito a otras ciudades. La innovación y la capacidad tecnológica se basan en acervos de conocimiento y procesos de aprendizaje muchas veces no codificables, que se materializan en la interacción entre las personas individuales (emprendedores), organizaciones públicas y privadas y por ello no son fácilmente transferibles; así surgen los patrones y ventajas competitivas específicas para cada región y país.
La apuesta innovadora parte de aprovechar factores como el conocimiento, la innovación, la capacidad estratégica o la competitividad en el mercado abierto. Estos factores derivan del conocimiento aplicado (a través de la tecnología) a todos los procesos de la organización y de la propia sociedad.
Y los políticos también están obrando de forma proactiva en vez de forma reactiva, como la mayoría nos tienen acostumbrados. Buenos ejemplos son
Ricardo Cavero o
Domingo Buesa, que además utilizan sus propios blogs para difundir y discutir sus propuestas de ciudad. Como comentaba
Juan Freire (que está informadísimo del tema, más aún que los que vivimos aquí), Buesa ha lanzado la iniciativa
Zaragoza en la vanguardia del Siglo XXI (
PDF) donde propone estrategias para la creatividad y la habitabilidad urbana, basándose en el enfoque de las 3Ts de Richard Florida:
Talento, Tolerancia y Tecnología, son los tres pilares sobre los que queremos trabajar para hacer de Zaragoza una ciudad cómoda, atractiva y con liderazgo, en la que se pongan en marcha políticas que se basen en dos valores principales: la libertad y la vanguardia.
Ohmae lo complementa con las 4Is: Inversión, Información, Individuos e Industria. Los flujos que hoy dominan el mundo y con los que las regiones deben lidiar.
Pero no nos engañemos: queda mucho camino por recorrer. Bajo mi punto de vista, es necesario crear una verdadera cultura de la participación de la sociedad civil. Y los conceptos de
ciudad creativa y
ciudad habitable de Buesa pueden ayudar a darle forma: fomentar iniciativas innovadoras, combinando la creatividad con la apertura, la libertad y la tolerancia. Y todo ello ofreciendo un entorno agradable, un entorno más humano y más cómodo sobre todo para los que lo viven.
Zaragoza,
innovation,
knowledge cities