El trabajo es ego y, como tal, siempre quiere más. No dudará en zamparse tu vida, tus relaciones sociales, tu cuerpo, tu alma, tu tiempo. Te engañará haciéndote creer que porque curras mucho todos te admiran, triunfas en la vida y te quieres un montón. Mentira. Quererse no es matarse a currar y nada más.Y me tocó la fibra por la vorágine de trabajo y el escaso tiempo libre que he disfrutado desde principios de año. Me ha exigido mucho esfuerzo, pero también cambiar algunos de mis hábitos. Organización y bastante disciplina para ir capeando el temporal, que todavía colea.
El problema es cuando las cosas te van bien, salen nuevos proyectos interesantes e ilusionantes, y vas solapando esfuerzos. El éxito fomenta tu esclavitud. Y mientras todo esta vorágine te envuelve y se convierte en un círculo vicioso que fagocita tu vida social y tu ocio. Círculo del que me gustaría salir (al menos, los fines de semana) que te permitan disfrutar de ciertas cosas necesarias para uno mismo y que no tienen precio.
Como decía Tíscar: frena, descansa, vive.
Y aprende a decir NO. A ver si me aplico el cuento...
estrés, vida, trabajo
3 comentarios:
Venga... la ENE con la O: NO
:-)
Me he sentido tan identificado al leer este post.
Soy consciente de todo ello (el trabajo) pero no puedo decir que no. Al menos no por ahora.
Te recomiendo "el placer de no trabajar" de Zelinsky, te aclarará muchas dudas.
Un saludo, compañeroh
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