Curioso el experimento llevado a cabo por David Pogue, columnista de NYT Tech, sobre el mito de los megapíxeles. Un megapíxel es un millón de puntos coloreados en una foto. Parece lógico que más megapíxels impliquen una mejor foto, pero en realidad puede ser una foto mala con más puntos. En el experimento, Pogue realizó tres fotografías idénticas, a 5, 8 y 13 megapixels respectivamente, y mandó imprimirlas en tres pósters del mismo tamaño, que colgó en la calle. Únicamente una persona fue capaz de acertar.
Tendemos a pensar que mayores (o mejores) características de un producto dan mejor resultado, pero no siempre es así. Como usuarios cometemos el error de buscar las mejores prestaciones, en vez de las más ajustadas a nuestras necesidades. Como siempre, la tecnología avanza a velocidad de vértigo, mientras nuestras capacidades siguen siendo las mismas, como apuntaba Bill Buxton en Less is More (More or Less): Uncommon Sense and the Design of Computers.
Pensemos en una navaja suiza: tiene muchas posibles funcionalidades pero, ¿ realmente las necesitamos todas ? Es posible que con un cuchillo y una tijera tengamos suficiente. Muchas funcionalidades pueden ser contraproducentes para un correcto uso del producto.
No se trata de tener productos más completos, sino más ajustados a las necesidades del usuario. Por eso creo que cuando hablamos de Web 2.0, RSS, redes sociales y otras historias, no debemos olvidar que el factor clave de éxito son las personas, no la tecnología. El producto "sólo" debe conseguir ser útil a la mayor cantidad de usuarios. Ni más ni menos.
productos, diseño, innovación, usuarios
2 comentarios:
Tochismochis es curioso porque estoy de acuerdo con tus conclusiones pero no lo estoy con el experimento que usas de ejemplo.
Davi Pogue hizo un experimento un tanto sesgado, porque no reflejaba la verdadera ventaja que supone tener más megapixels.
Obviamente nadie podría distinguir el mayor número de megapixels entre los posters porque apostaría algo a que la resolución de la impresión era bastante menor que los 5 megapixels de la peor camara.
Pero ahora coge un pequeño detalle de la fotografía y reencuádrala ampliándolo a ver si se distingue o no el número de pixels.
Pero como decía al principio te doy la razón, porque no todo el mundo tiene las mismas necesidades, y si nunca reencuadras tus fotografías los pixeles no sirven para nada.
Y por supuesto que en el resultado final el fotógrafo es el 90%, la luz que refleja el motivo el 9% y la cámara el 1%.
Telémaco, tienes toda la razón. El experimento es un poco sesgado y no pretendía usarlo como ejemplo, sino más bien como excusa para argumentar por qué seguimos centrados en el medio y no en el fin.
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