28 marzo 2007

Intimidad y vida pública: una reflexión sobre Twitter

La intimidad es un término difícil de conceptualizar. Cada persona se protege como le parece de la indiscreción y es, por tanto, un concepto variable y bastante dinámico.

Twitter está de moda, y muchos blogs se apuntan. Valoro muy positivamente la transparencia en esta sociedad digital, donde cada persona puede dar su opinión en su propio espacio público y hacerlo visible al resto. Pero no me gusta el modelo de Twitter para mí: creo que sólo me aporta una sobreexposición totalmente innecesaria.

Permitir el acceso consciente a mi intimidad, menuda cuestión. Por no hablar de la necesidad de publicar casi inmediatamente y la (dudosa) calidad de mis entradas: lo siento, no entiendo que a alguien le interese si me estoy duchando o estoy comiendo. Por otro lado, no tengo mucho interés en conocer las actividades de otras personas, más allá de la curiosidad o de cierto voyeurismo.

Sólo espero no acabar Twitterizado...
Sois todos bienvenidos a este espacio público, pero el privado está reservado para unos pocos.

, ,

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entendiendo lo que dices, creo que Twitter tampoco es tan agresivo. Como decíamos el otro día, es sólo una herramienta. Si la uso para contar que estoy comiendo, o para contar algún detalle importante de mi actividad, ya es cosa mía.

Definitivamente, a mí no me interesa si alguien está comiendo o no. Pero igual hay otros aspectos que sí...

Oh, no, me están lavando el cerebro!

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Habrá que darle una vuelta a estas cosas. A mí me interesa sobre todo como punto de observación. La fiebre de entrar en todo lo novedoso da respeto, mucho respeto. Y en un mundo donde el cuello de botella es nuestra capacidad de atención, miedo me da. Pero yo siempre he sido cobardica.