18 abril 2007

La vida blogueada

Algunas personas cercanas se plantean cerrar su blog. No tengo cosas que contar, suele ser la excusa.

Pienso que lo bueno del blog es que permite exteriorizar esos pensamientos, preocupaciones o sentimientos. Además, los blogs han servido para recuperar ese hábito (casi) perdido por escribir. Y por leer, como algunos recordarán.

Es agradable que te lean, leer a otros, conocer sus opiniones aún antes de conocerlos en persona. Entablar conversaciones, íntimas o públicas. Pero no es lo único, ni mucho menos. Y es curioso cómo se llega a ese estatus de "vida blogueada", que comentaba Enrique Dans en aquella entrevista de El País. Como antiguo escritor compulsivo y viéndolo con algo de distancia, me lo estoy tomando de forma más tranquila. Ahora trato de leer más y escribir menos. Y reconozco que me gusta releer antiguos posts, ayudasn a recordar y consolidar reflexiones pasadas.

Simplemente escribe lo que piensas, con tus propias palabras.
No lo dejes, hay gente que quiere saber de tí. Aunque nos veamos a diario.

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8 comentarios:

Germán Gómez dijo...

El temor a no tener nada que contar es obvio. También el temor a que nadie lea lo que uno escribe. Pero, como muchos otros temores, lo mejor es intentar saltar sobre ellos porque sino no llegamos a ningún lugar interesante.

Alfonso Romay dijo...

Germán,

Es posible que tengas temor a no tener nada que contar, Pero no entiendo el temor a que nadie te lea. Quizá sea el planteamiento de blog: publicar vs. ser público.

Yo me identifico más con la idea de disfrutar de lo que escribe, me lean diez o diez mil. Aunque reconozco que al principio me obsesionaba bastante cuántos lectores tenía, cada vez me importa menos. Quizá por eso ahora escribo menos y leo más.

Anónimo dijo...

A menudo la falta de tiempo hace que estés días, incluso semanas sin escribir, y yo al menos me siento mal, es como tener un grupo de amigos a los que por causas mil no le cogieras ni el telefono y no saben de ti en mucho tiempo. Me resulta de mala educación casi, así que te tienta el despedirte, al menos para que no esperen en vano, aunque sea un tiempo...
Luego está el no saber qué decir, minimamente interesante a temporadas, sobretodo si la gente a la que lees es de las "interesantes" en la blogosfera. No estás a su altura, y quedas como un a quinceañera contando tus desvaríos....
Sé que cuando lo plantean los demás digo, ¡¡ni de coña!!, me encanta que me cuente hasta lo que ha desayunado fulanito... pero cuando eres tú, te da más pudor...
No sé.
Lo de dejar el blog, va a temporadas, como todo. Lo normal es reconsiderarlo, tomarse un descansito y volver por las andadas. Se lo debes a la gente que te lee y te comenta, porque te han dado mucho en todo ese tiempo.
Besos.
Tenia ganas de saludarte por aquí.
Estoy en Logroño así que me vuelvo a perder el salmueras de hoy, ¡snif!
¿por qué no lo poneis en viernes alguna vez?

Alfonso Romay dijo...

Bueno, igual lo solucionamos en el Bloggellón...

Unknown dijo...

A mi también me esta pasando, el tiempo que dedico a escribir se lo estoy quitando a leer y esto no me gusta.

Me estoy planteando seguir tu consejo y reorganizar los tiempos que dedico a cada cosa, aunque esto suponga publicar menos.

Alfonso Romay dijo...

Seguramente, en el fondo esto es un ecosistema: algunos producen (escriben) y otros recolectan (leen). A veces eres productor y otras recolector. Incluso, como dice Julen, hay una multitud silenciosa de recolectores que merecen la pena...

Anónimo dijo...

Cuando lees, piensas; cuando piensas, aparecen ideas; cuando escribes, dejas que las nuevas ideas aterricen y que te enriquezcan; cuando blogueas, compartes ideas, que otros leemos.

No dejes de leer, ni de pensar, ni de escribir, ni de bloguear... :-)

Jorge S. King dijo...

Muy bueno el post.
Como bien lo dicen, para algunos el "temor" de no tener que contar y/o a que nadie lo lea, muchas veces pesa en la decisión de continuar, pero no hay que bajar lo brazos.
Hay que perseverar.