Ya sé que cuando alguien muere todo son buenas palabras hacia él. Pero Pavarotti me caía bien. Especialmente, porque era un hombre hecho a sí mismo, que aprendió a cantar ópera sin tener ningún conocimiento musical. Su humanidad sólo era comparable a su talla de cintura. Sus habilidades interpretativas hacían que fuera un gigante en el escenario. Y trató de llevar un género musical que no era muy popular a todo el mundo.
Me quedo con las palabras de Bono en U2.com (traduzco libremente):
Algunos pueden cantar ópera, Luciano Pavarotti era una ópera.¡Ciao Luciano! Te echaremos de menos.
Nadie podía habitar esas acrobáticas melodías y palabras como él. Él vivió las canciones, su ópera era un gran puré de alegría y tristeza; surrealista y poco sofisticado al mismo tiempo; un gran volcán de un hombre que cantó fuego pero que desbordo amor durante su vida en toda su complejidad, un gran y generoso amigo.
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1 comentario:
Hemos perdido al más grande... en más de un sentido.
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