Lo explica bien en "The Accidental Innovator": el descubrimiento de la penicilina, la sacarina o el revelado fotográfico fueron absolutamente casuales. Los profesores Robert D. Austin y Lee Devin de Harvard han publicado el artículo "Accident, Innovation and Expectation in Innovation Process" que pretende determinar la importancia del factor accidente en el proceso de innovación.
Quizá este factor es más evidente en el proceso creativo donde, al tratarse de una etapa más temprana, suele encajar mejor e incluso se busca cierto componente accidental:
I found that many artists are very upfront about the importance of accident in their processes. Some artists see accident as a good way to produce something that they would not have been able to think of in advance and that is, therefore, quite new—something they wouldn't have even thought to try to create. One artist showed me how one of his important pieces came out of some experiments with unusual tools; he wasn't trying to do a piece of work, he was just trying out the unfamiliar tools, and something interesting happened.E incluye un punto importante: la creatividad también se basa en la retención selectiva. Tener la habilidad de desechar algunas ideas en el proceso puede facilitar el camino hacia el objetivo:
That is, we need two processes, one to generate things we can't think of in advance, and another to figure out which of the things we generate are valuable and are worth keeping and building upon. In science, the arts, and other creative activities, the ability to know what to throw away and what to keep seems to arise from experience, from study, from command of fundamentals, and—interestingly—from being a bit skeptical of preset intentions and plans that commit you too firmly to the endpoints you can envision in advance.En esta ocasión Pareto arrasa, pero de forma positiva. A veces, llegar a la solución perfecta a la primera es difícil. Ir por aproximaciones sucesivas ayuda mucho a clarificar ese camino.
innovation, accidental innovator
1 comentario:
Yo no diría "absolutamente casuales". Es cierto que un accidente puede cambiar todo, pero sólo si ese accidente le pasa a la persona correcta que había trabajado mucho antes, y ha seguido trabajando después.
A una persona cualquiera, la casualidad que le permitió a Fleming descubrir que los stafilococos no crecían donde estaba el hongo Penicillium notatum, no le habría dicho nada. Fueron los estudios anteriores y posteriores de Fleming los que hicieron que esa casualidad se convirtiese en innovación.
De la misma forma, cualquier otro probando herramientas con las que no estaba familiarizado, no habría creado una pieza maestra como el artista del que se habla en el texto.
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