12 mayo 2007

Radicales libres

Me gustó "El mito del programador en sus ratos libres", que referencia al artículo de Chris "Long Tail" Anderson, "The awesome power of spare cycles", donde se plantean si el fenómeno open source está impulsado por el enorme poder de muchas personas que programan en sus ratos libres. Un artículo de su revista rebate los argumentos de Anderson:
Se llega a la conclusión de que la mayoría del código, las modificaciones y los parches fueron, en realidad, incorporados por personas a sueldo de empresas como Red Hat, IBM, Novell, Intel, Oracle, Google y otras.
Bienvenidos al siglo XXI, señores. Los radicales libres (sin segundas intenciones, disculpen) ya no son tan libres. Y es lógico y razonable que sea así, pues por mucho que la buena voluntad de muchos colaboradores ayude a mejorar estos proyectos, es necesaria cierta financiación económica para llevar adelante los proyectos.

Por otro lado, coincido con Dans en que puede ser incluso positivo, la eliminación de ese halo de heroismo techie alrededor del software libre y dotarlo de un carácter más profesional. Tomen la pastilla roja, y verán cómo es posible darle una visión empresarial aprovechando sus posibilidades.

Y es que la programación es una actividad ciertamente menospreciada. Como decía Sergio Montoro en "300.000 euros no es nada", "tenemos que cambiar la mentalidad de que el software puede comprarse por cuatro chavos mal contados al proveedor más kamikaze que puje por el proyecto.". Por que el software libre no ha mejorado la percepción del valor del software sino que, más bien, está generando la percepción en los clientes de que no tienen que pagar por nada. Vamos a buscar tecnología barata.

Un soporte de calidad para las conversaciones abiertas en torno a una estrategias empresariales diferentes, como las de Open Business. Tengo que echar un vistazo a los contenidos que están subiendo...

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